El periodo que va desde la segunda guerra mundial hasta mediados de los años setenta del siglo XX es el más prolífico de toda la historia del arte. Durante esos años, multitud de tendencias y movimientos más o menos estructurados se fueron sucediendo vertiginosamente. La mayoría de esas manifestaciones artísticas tienen un carácter internacional, aunque en algunos se dan diferencias significativas de forma local.
El arte moderno puso de manifiesto que la deformación de los objetos que se representaban no era involuntaria, sino deliberada, artística, buscada con el fin de satisfacer cierta concepción poética de las cosas.
Se define por tanto al arte moderno como irracionalismo en su forma más amplia. No obstante, podemos decir que el irracionalismo es una condición necesaria del arte, y que está presente en todas las expresiones artísticas de la humanidad, por lo que no puede considerarse como algo característico peculiar del arte moderno.